MAQUILLAJE
A las mujeres les encanta usar maquillaje porque tapan cosas que les gustan y destacan sus mejores encantos. Después de un largo día, te quitas el maquillaje y al mirarte al espejo ves tu realidad: aquellas imperfecciones que tapaste vuelven a aparecer.
Nuestra vida está llena de manchas causadas por la mentira, la falta de perdón, la envidia y la lujuria. Tratamos de encubrirlos con religión, buenas obras o justificaciones, pero ¿qué pasará el día que mueras y te presentes delante de Dios sin maquillaje? Dios, siendo perfecto y puro, no nos permitirá entrar al cielo con esas manchas de pecado, sino que seremos echados fuera en un lugar de tormento.
La buena noticia es que Dios envió a su Hijo, Jesucristo, quien vivió una vida perfecta y lleva todas tus manchas de pecado en la cruz. Al tercer día resucitó, obteniendo el poder de limpiarte y perdonarte.
Si te arrepientes de tus pecados y pones toda tu confianza en Cristo, Él promete presentarte perfecto y sin mancha ante Dios, y darte la vida eterna.
No tapes más lo que sabes que no puedes quitar, pide a Cristo que te limpie de verdad.